Alquimia, un camino hacia la Opus Magnum
Es cierto que hay diferentes formas de abordar la Alquimia, en la mayoría de los casos se hace hincapié a referencias históricas sobre ciertos hombres que han perseguido el objetivo de conseguir oro (transmutándolo a partir de metales innobles) |
La Alquimia
Nos llega por medio de grandes investigadores como Carl Jung quien ha profundizado en los crípticos escritos de distintos alquimistas, aquellos que han sobrevivido a las hogueras de la inquisición, estos manuscritos antiguos han logrando inspirar la Psicología Analítica que Jung formuló años más tarde, siguiendo los mismos pasos o escalas que eran representadas míticamente en las diferente referencias originales que contaba en su biblioteca privada (más de 100 obras que pertenecían a distintos alquimistas nedievales de distintos continentes). Su trabajo permitió comprender el valor de esta ciencia como un camino hacia el despertar espiritual.
En este breve artículo recorreremos un enfoque diferente sobre la Alquimia, no como un conjunto de técnicas, ni como relatos históricos poco documentados, sino entendiéndolo como un Camino o como un Viaje de Iniciación que requiere un profundo autoconocimiento.
Opus Magnum
El mito nos dice que Hermes fue quien transmitió a sus sacerdotes este Arte Regio, en el antiguo Egipto. Un Arte que permite re-encontrarnos con ese Camino en Espiral desde las Formas hacia lo Sutil (lo que es lo mismo decir, desde lo físico hacia el espíritu) de ahí el postulado 1 de la Alquimia es, “Liberar al Hombre de la Materia”… ¿Pero cómo…?
Antes de esbozar el “proceso” que conlleva la Alquimia, es importante destacar uno de los principios claves del Kybalion, un texto fundamental que nos llega por medio de su autor; “Tres Iniciados”, alguien que ha atravesado este Camino, consagrado como el Tres veces Grande. El Principio de Correspondencia que nos llega a través del Kybalion, nos enseña que: “Como arriba es abajo, como abajo es arriba”. Lo que es perfectamente aplicable a “Como adentro es afuera, como afuera es adentro”, alcanzando de esta manera un estado de Resonancia Armónica, que nos impulsará en este Viaje. Los Alquimistas sabían perfectamente esto; aquel contacto entre el Microcosmos y el Macrocosmos requiere un Viaje en Espiral...
Alquimistas
Comencemos entonces a recorrer estos estadíos que comprende este viaje al “Opus” Alquimista, que al igual que todos los Caminos Iniciáticos se inicia en lo “denso”, en la forma más grotesca… en aquel Plomo que es necesario comenzar a disolver.. el primer nivel comenzando desde abajo, se denomina la Nígredo, es el momento de descomposición, incluso algunos antiguos textos alquímicos hablan de la “putrefacción” siendo un aspecto necesario para re-ordenar los elementos con los que seguiremos trabajando. Es un aspecto difícil, requiere enfrentar aquello que Jung denominaría; atravesar nuestras sombras, todo aquello que nuestro psiquismo no quiere ver o reconocer y que es necesario enfrentar.
Dentro de nuestro Camino de Autoconocimiento esta etapa implica profundizar conscientemente en nuestros recuerdos, sensaciones, mandatos sociales aceptados, creencias cristalizadas que han moldeado nuestra personalidad y conducta. Como dije antes, este trabajo ocurre dentro y fuera del Alquimista…
Transmutación alquimica
El segundo paso de nuestro proceso de Alquimia se denomina Álbedo, es el momento de integrar lo que se diferenció en el proceso anterior en un reconocible color blanco. Los opuestos deben reconciliarse. Estas energías opuestas deberán nuevamente balancearse en el Crisol y en el Alquimista, comenzando a generar algo “nuevo” ya que lo denso habrá decantado en el paso anterior, con algunas resistencias... algunas proyecciones del pasado querrán persistir.
En los textos antiguos esta integración de opuestos, era llamada como las “Bodas Alquímicas” donde se equilibran estas fuerzas creando un nuevo equilibro. Jung explicaría a esta etapa como la integración consciente de "lo opuesto", es decir; del "Eterno Femenino" en el caso del hombre arquetipo del "Ánima" y en el caso de la mujer el arquetipo del "Animus".
En la alquimia lo podemos encontrar en el símbolo mismo del Ankh que representa a Venus (lo femenino) y en su sentido invertido representa a Marte (lo masculino) fuerzas opuestas que son necesario equlibrar y darle dirección hacia el Centro del Ser donde aquella ¨Chispa Divina¨ represenatda por el Oro y el arquetipo mismo del Sol implican una integración de los aspectos opuestos, no solo en la sexualidad sino en la personalidad y todo lo que comprende el psiquismo, que cuando se completa e integran dan lugar a aquello que Jung reconoció Sí-MIsmo o Self, que no es otra cosa que el centro del Mandala. Es posible reconocer ésta información en los cuadros de Leonardo Da Vincii clic aquí.
Esta última etapa del proceso alquímico corresponde a la Rúbedo, la “Obra en Rojo”, es la Unión de los nuevos elementos en un SOL interior, en una Totalidad, la chispa divina es encendida y aquella verdadera esencia es alcanzada. Esta etapa también era enunciada con la metáfora ¨el Espíritu fue liberado de la Materia¨ es decir; el Centro del Ser ha recuperado su ¨Cetro¨ alcanzando así un nuevo estado de conciencia; el Oro Alquímico. Muchos años más tarde Jung denominaría a esta etapa; “Dios en Nosotros”.
Cabe señalar que esta misma información es el núcleo central de mi film Vitruvian, será lo que irá descubriendo Victor en cada capítulo de la serie ;-)
La piedra filosofal
Este mismo recorrido esotérico, es el que describo en mi investigación a la que denominé el Mapa de la Iniciación, siendo un proceso de autoconocimiento en tres niveles, accesible especialmente a quienes hemos nacido en occidente y recorrimos un largo camino buscando aquella "Puerta de entrada" a ese nivel superior de "Union", toda una experiencia de identificación con nuestra Divinidad o Espíritu, algo bien conocido por los alquimistas de las diferentes épocas que codificaron en el símbolo de ¨La piedra filosofal¨ como el resultado de un largo proceso de transformación.
Esta experiencia (denominada por Jung como llegar al Sí-Mismo) era conocida por los Gnósticos como “Experimentar a Dios”, en un sentido literal, no se trataba de fe ni de creencias, sino Unirnos a nuestro Creador, después un largo Viaje, siguiendo un Camino en Espiral (que nunca es en línea recta) Jung lo denominaría un camino “serpenteado”, que una vez recorrido, hemos purificado nuestro Cuerpo, equilibrado nuestra Alma y encendido nuestro Espíritu, alcanzando así la Gran Obra; llegar a Dios.
Christian Franchini
Lecturas | Publicado el 12 sep del 2016 |
Muchas gracias
Saúl López